La escasez de vivienda en las grandes ciudades impulsa el negocio de las demoliciones de edificios de oficinas
Ciudades como Madrid y Barcelona llevan años viendo como los precios de la vivienda aumentan, sobre todo debido a la alta demanda y a la escasez de viviendas disponibles al no desarrollarse suficientes obras nuevas. Es por ello, que muchos propietarios e inversores estén optando por reconvertir edificios de oficinas por edificios residenciales, lo cual ha ocasionado un auge en las demoliciones.
Pero, ¿por qué se están demoliendo edificios de oficinas?
Tras la pandemia, el auge del teletrabajo y la nueva cultura laboral han reducido la demanda de espacios de oficina tradicionales, lo que ha ocasionado una baja rentabilidad en los propietarios que ven en la reconversión una oportunidad para aumentar la rentabilidad de sus inversiones.
Además, los edificios de oficinas suelen estar ubicados en zonas céntricas con buena accesibilidad, transporte público y servicios cercanos, lo que los hace atractivos para la vivienda. También este tipo de edificios de oficinas ofrecen espacios diáfanos y amplios que pueden transformarse en viviendas modernas y eficientes, aumentando el valor del inmueble.
Por último, algunas ciudades han implementado medidas para facilitar la conversión de oficinas en viviendas, como la agilización de trámites de licencias o bonificaciones fiscales.
Una vez vistas las causas del auge en las demoliciones, ¿qué tipo de demoliciones se realizan específicamente para reconvertir oficinas en viviendas?
En la mayor parte de los casos se suelen realizar demoliciones no estructurales, con el fin de conservar la estructura del edificio y la fachada, y así reconvertir de forma más eficiente. Este tipo de demoliciones, que suelen realizarse de forma manual incluyen la demolición de la cubierta, los revestimientos, como los tabiques interiores y suelos para dejar al descubierto la estructura original o instalar nuevos materiales, también se suele eliminar la antigua red de tuberías, cableado y conductos de ventilación, para instalar nuevas instalaciones adecuadas para una vivienda y por último, se retiran los elementos decorativos como molduras, cornisas o falsos techos que no sean necesarios en las nuevas viviendas.
En casos especiales, también será necesario demoler elementos estructurales del edificio, como muros divisorios, muros de carga como vigas o pilares, siempre que se garantice la estabilidad del edificio mediante refuerzos o nuevas estructuras.